Es muy difícil escribir cuando uno de los personajes que más admiras dice adiós. Hoy Nelson Mandela, nos ha dejado. El orgullo de Sudáfrica. Ha muerto el hombre, pero no el símbolo, y esto es lo que nos queda. La certeza de que su historia será contada durante siglos.

El hombre que consiguió lo imposible, acabar con la discriminación racial en su país y que lo consiguió después de 27 años en la cárcel. Cuando pudo usar la venganza, el decidió unirse a su enemigo para alcanzar la paz. La reconciliación es su legado. El reconocimiento de los derechos civiles.

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Ya lo dijo Barack Obama, “Es un héroe para el mundo”. Hoy es un día muy  triste para el mundo. La inspiración se desvaneces por momentos. Nuestro  consuelo y su alegría: “La gran victoria de Nelson Mandela es que hoy, tanto  negros como blancos llorarán juntos”.

 

Los Derechos LGBT en Sudáfrica tienen una historia muy diversa en cuanto a  los aspectos sociales y legales. Esto es un resultado de varias costumbres  de Sudáfrica, el colonialismo neerlandés y británico, el Apartheid y  el movimiento de los derechos humanos, que fue la causa de la caída del  gobierno del Apartheid.

La constitución post-apartheid de Sudáfrica fue la primera constitución del mundo que prohibía la discriminación a los homosexuales. El 1 de diciembre de 2006 África del Sur se convirtió en el quinto país del mundo y el primero en África que legalizó el matrimonio homosexual. Además, un año después, tras un gran debate y una revisión profunda a los delitos sexuales, se logró una edad de consentimiento que fuera igual para heterosexuales y homosexuales a los 16 años.

Gracias a Mandela en la nueva Sudáfrica democrática, la lucha no cesa. La lucha por la consolidación del respeto a los derechos humanos, la tolerancia y la igualdad. En esa batalla, la comunidad gay marcha a la vanguardia, junto con activistas que combaten la propagación del sida, así como numerosas prácticas discriminatorias que aún persisten.

Si todas estas cosas se consiguieron un día, fue porque alguien creyó en la libertad de las personas, Mandela no paró de luchar por los derechos de los sudafricanos.  Está claro, que no se ha conseguido todo, pero por lo menos, se ayudó a crear un estado en el que la búsqueda de libertades es un punto primordial para mantener una democracia, que nació en el corazón y no en la mente. Sudáfrica es para África, lo que Mandela para el mundo. Un ejemplo a seguir para todos.