educacion-sexual-educacion-sexo-escuelasNadie habla sobre el bullying homofóbico en la mayoría de las escuelas e instituciones representativas.Se mantiene como fenómeno no visibilizado por miedo pero sobretodo por la poca capacidad que demuestran las personas responsables. Quien lo sufre puede bajar su rendimiento académico, abandonar la escuela e incluso llegar a autocastigarse por ser quién es.

A cargo de quedar mal con mi profesión, la realidad es que los docentes son los primeros culpables en esta situación, por miedos, presiones o incluso por la propia idiosincrasia de la propia institución.

La gran incoherencia es el respaldo a tomar acciones en contra de las consecuencias que producen estos actos, pero en ningún caso prevenirlos, ¿no es acaso una realidad? Entonces porqué no hacemos algo por evitarlo, no descubriendo el problema en sí, sino visibilizándolo. Haciéndolo real.

Que no vuelva a ocurrir que ningún director o profesor utilice la tan manida frase de que en sus colegios no hay gays, ni lesbianas, ni bisexuales, ni jóvenes con necesidad de una orientación para llevar de manera normal su desarrollo identitario sexual.

No dejemos al mariposón en calzoncillos o a la lesbiana en bragas, sin ayudarles a entender que está pasando con ellos. No le demos con la puerta en las narices. Demostremos que esta sociedad sí ha madurado y es capaz de entender la naturaleza biológica de todo esto y no dejemos que escuchen el estruendo del inmoral, del violento, del homofóbico, del que dejó el corazón a la salida de la iglesia el domingo. Seamos seres humanos.

Trabajemos para todos en la escuela, desde la diversidad y heterogeneidad de nuestros niños. Todos no son iguales y todos no necesitan lo mismo, pero que nadie se quede sin lo que necesita.

No tengamos miedo a hablar, a expresarnos, a sonreír, a creer que todo es posible.  Quizás ese día, ese todos trabajemos para todos y no sólo para el que parece normal. Otra escuela es posible, si aprendemos sobretodo a amar y dejar los prejuicios a un lado.

Mary Pride