imageLa  norma heterosexual, es aquella que dice que sólo hay una forma de ser mujer y de ser hombre, por lo que las otras orientaciones sexuales son excluidas radicalmente,  entonces la serie de conductas como el desprecio, la exclusión y la invisibilización, son conocidas como la homofobia, que es una consecuencia formada a partir de las actitudes  heterosexistas.

Puede que se haya atenuado, pero el estigma de la homosexualidad no ha desaparecido. Puede decirse que el virus de la homofobia ha mutado permaneciendo vivo hasta nuestros días. El discurso marcadamente estigmatizador fue dominante, casi único, durante los años 20 hasta los 70. La homosexualidad era vista entonces, de manera prácticamente universal, como algo criminal, pecaminoso y enfermo. En lucha con esa visión dominante tan negativa, aparece el discurso del movimiento de liberación gay comenzó su ascendencia en los años 70 y constituye, hoy por hoy, el discurso homosexual dominante.

Es cierto que Estados como España cuentan con una legislación antidiscriminatoria y que les reconoce derechos incluso en un grado mayor que la de otros Estados de nuestro entorno. Pero ello no significa que en la sociedad española no persista la homofobia y otras formas de discriminación contra las personas LGBT. Por ejemplo, hay dos situaciones que demuestran claramente esa continuidad homofóbica y discriminatoria. Son situaciones que, generalmente pasan inadvertidas o se les presta escasa atención mediática: la discriminación de los adolescentes, sobre todo en la escuela, y la posición social de las personas mayores homosexuales LGBT.

De un lado, como vienen desde hace tiempo denunciando activistas por los derechos de las personas LGBT, el ámbito educativo es un campo en el que se da con demasiada frecuencia la discriminación. Colectivos como COGAM vienen señalando la existencia de una auténtica ley del silencio, mas grave cuanto cada vez es mayor el número de adolescentes que deciden vivir abiertamente su sexualidad. Sin embargo, esta mayor apertura, que lleva a los y las adolescentes LGBT a no querer esconderse durante más tiempo, no va acompañada de cambios en el sistema educativo. Por lo que puede decirse que, paradójicamente, a mayor apertura mayor homofobia se da en colegios e institutos. Muchas veces ante el silencio de las autoridades y de las y los educadores. Profesionales a los que tampoco se les forma ni se les da herramientas para tratar de evitar estas situaciones.