modern-family (1)Modern Family es, probablemente, una de las mejores, por no decir la mejor, de las telecomedias de los últimos años. No sólo por sus logros de audiencia  o el éxito de su fórmula, sino porque en ella se cristalizan una serie de elementos vistos anteriormente en otras sitcom de una manera mucho más coherente  y madura. La manera de conjuntar falso documental, teleserie familiar y humor gamberro, convierte la creación de Steven Levitan y Christopher Lloyd en una de las mejores distracciones televisivas de la actualidad.

La serie está protagonizada por tres familias que forman parte del mismo núcleo que sirven a sus responsables para poner en el tapete diversos problemas cotidianos de toda índole. El primer matrimonio es el formado por Jay Pritchett (Ed O’Neill), un hombre maduro casado con Gloria Delgado (Sofia Vergara), una explosiva colombiana con algunos problemas para adaptarse a la vida acomodada en EEUU (sobre todo a nivel del lenguaje) y con un hijo de un anterior matrimonio. Jay, a su vez, tiene dos hijos con su exesposa: éstos son Claire (Julie Bowen), casada con el torpe Phil (divertidísimo Ty Burrell, el mejor de la serie) y Mitchell (Jesse Tyler Ferguson), homosexual y pareja de Cam (Eric Stonestreet), con el que es padre adoptivo de una niña vietnamita. Todos ellos viven en un barrio acomodado de Los Angeles, uno de esos suburbios que parecen sacados de un folleto del american way of life.

Incorporando esa anarquía como algo natural al American Way, Modern Family , muestra equilibrio entre espectáculo sentimental y humor, que resulta ejemplar, afrontando una labor social necesaria. Tampoco engaña a nadie por el camino. Su humor abarca todos los rincones  y la ensalzan como uno de los paradigmas de lo que debe ser eso que llamaríamos entretenimiento en familia, y los guiones, que no escatiman en la búsqueda del gag, son inteligentes y están encajados a la perfección.

Estamos ante una serie que de forma novedosa y fresca muestra lo esencial de la vida, los sentimientos y emociones de los personajes son la brújula que marca el camino a seguir. Los actores son capaces de trasmitirnos un nuevo concepto de sitcom, y aunque inevitablemente, no sea tan “Modern”, busca tratar temas cotidianos con el mayor de los respetos y todo garantizando grandes risas y mucho enganche. Si algo ha demostrado Modern Family es que con gays, divorcios, neurosis o sin ellas, los buenos sentimientos nunca pasarán de moda.