La  Parábola del Buen Samaritano es una de las más conocidas de Jesús.  A fin de ilustrar que la caridad y la misericordia son las virtudes que guiarán a los hombres a la piedad y la santidad, enseña también que cumplir el espíritu de la ley, el amor, es mucho más importante que cumplir la letra de la ley. Jesús, mediante esta parábola muestra que la fe debe manifestarse a través de las obras.

Por estas cosas una se sigue preguntando cómo una mayoría de religiosos siguen actuando como samaritanos, cuando realmente son fariseos. Es muy normal escuchar hablar a un padre en sus homilías sobre los esfuerzos y sacrificios que el ser humano debe hacer para alcanzar la divinidad del señor y ser digno cristiano. Hoy en día se producen multitud de contrastes entre lo que decimos y hacemos, es la paradoja del mundo, nos llenamos la boca de amor pero el corazón está lleno de mierda y actuamos en base a nuestros intereses personales. Los curas también  actúan así, aunque la imagen que quieren transmitir no sea esa.

descargaPero a lo que iba que no quiero desviarme. La iglesia reflexionando a la luz de la Palabra de Dios y de la recta razón bajo la guía del Espíritu Santo, siempre ha enseñado que el acto homosexual es un pecado objetivamente grave. ¿Y esto qué significa, se preguntarán algunos? Pues, que si estás seguro y eres consciente de lo que haces, eres un depravado, y si eres capaz de tener relaciones homosexuales pero no tienen tu consentimiento, puede ser que no lo seas.

Esto no quiere decir que las personas que practican estos actos siempre sean subjetivamente excusables, sino que a veces la ignorancia, el abuso de otras personas, las influencias ambientales muy fuertes, etc., pueden conducir  a realizar actos no totalmente libres. Sin embargo, tales actos son gravemente malos en sí mismos, pues ofenden a Dios y van en contra del bien auténtico de la persona humana. En definitiva, somos lo peor y en el  infierno vamos a pagar por todos nuestros pecados. Aunque tranquilos, seguramente alguno de ellos esté también allí pagando por actos pedófilos, al tiempo…

Es increíble que en pleno siglo XXI, todavía haya gente con el fundamentalismo religioso como bandera, que sigan pensando que somos una anomalía, cuando la única anomalía es la homofobia que sufrimos de una sociedad, que sigue creyendo las palabras de una jerarquía involucionista con tendencia a la homosexualidad. Esconderse bajo el manto protector de una mafia interesada y puritana, vendiendo las bondades de la vida eterna.

Cuantas familias, abandonan hijos e hijas a su suerte por el simple hecho de ser homosexuales, porque la iglesia piensa que no son personas dignas de Dios, ¿Cuántas? Lo único que no es digno de un Dios que supuestamente nos hizo a todos a su imagen y semejanza es gente precursora de odios y miedos.

Por mucho, que el nuevo Papa Francisco, complete pequeños pasos hacia la normalización, estos siguen siendo insuficientes. Nosotros no nos rendimos, es más, esto no deja de ser una batalla por la tierra santa, un bando que vende odios y otro que busca amor, ¿Quién ganará?

#LoveAlwaysWin

Mary Pride