¿Cuántos hombres y mujeres no han pasado por situaciones de miedo, incertidumbre y desesperación por  existir la posibilidad de perder su trabajo por su condición sexual?

Seguramente la gran mayoría, ha pasado por ello, y unos poquitos con suerte, han dado con empleos en los que su vida privada cuenta poquito para sus jefes. Incluso podríamos hablar de grado de sufrimiento, porque evidentemente, no es lo mismo trabajar en una empresa de marketing o en un hospital como enfermera, que hacerlo en instituciones públicas poco aperturistas como el ejército y la iglesia. Si quieres una iglesia abierta, vete a Canadá, allí la iglesia Anglicana ya celebra bodas entre personas del mismo sexo y el ejército, sin basarse en ninguna ley excluyente, tipo “don’t ask, don’t tell” promulga con  el ejemplo, dejando que cualquiera decida su propio camino sin inmiscuirse en la vida privada de nadie. ¿y por qué he soltado todo este rollo? Pues porque parece que en Estados Unidos, el Senado ha aprobado una ley que prohíbe la discriminación laboral contra gays y lesbianas y lo único que hay que hacer ahora es esperar que sea refrendada por la Cámara de Representantes.

La ley es importantísima, ya que 17 Estados cuentan con leyes que permiten despedir a un empleado por ser homosexual. Después nos quejamos de  Oriente Medio, pero hablamos del país de las segundas oportunidades, de la libertad y las mil pijadas.

Aquellos que se oponen, dicen que las organizaciones religiosas deberían estar exentas de cumplirla. ¿Perdona? ¿Que la Iglesia debe estar exenta de cumplirla? Cada vez que leo algo así, me planteo la posibilidad de escribir un libro, incluso, tengo título escogido “las 10 incongruencias de la iglesia” sólo que para hacerte con un ejemplar, tienes que subir la montaña, y previamente haber estado vagando durante 40 años en busca de la tierra prometida. Si no llegas, tranquilo, te damos el carne de gay directamente.

Y ya fuera de bromas, desde aquí nos alegramos profundamente, de este nuevo paso en normalización de un colectivo, que no para de luchar por la reivindicación de sus derechos, porque entre otras cosas, esta ley logrará que más de uno no vaya acongojado al trabajo y ni mucho menos con miedo a perder su empleo por el simple hecho de ser homosexual.